Estas galletas tienen un intenso sabor a chocolate. La cobertura de azúcar contrasta con el negro del chocolate. Quedan muy vistosas y son fáciles y rápidas!
Fuente: Entra en mi cocina
– 200 gr. de chocolate negro
– 210 gr. de harina de repostería
– 100 gr. de azúcar
– 50 gr. de mantequilla
– 2 huevos
– 1 cucharadita de levadura en polvo
– 1 cucharada de azúcar vainillado
– 1 pizca de sal fina
– azúcar glas (el necesario para rebozar)
Fundimos el chocolate junto con la mantequilla al baño maría. Podemos hacerlo en el microondas al 50% de potencia, con cuidado de no pasarnos. Reservamos.
En un cuenco, batimo los huevos con el azúcar normal y el vainillado hasta que la mezcla blanquee.
Añadimos el chocolate fundido reservado. Mezclamos bien.
Incorporamos la harina tamizada, la levadura y la pizca de sal.
Cuando todos los ingredientes estén bien integrados y tengamos una masa homogénea pero bastante harinosa, cubrimos el cuenco con film de cocina y refrigeramos durante 1 hora al menos para facilitar darle forma más tarde.
Precalentamos el horno a 180º.
Ponemos bastante azúcar glas en un cuenquito o plato hondo.
Con la ayuda de una cuchara vamos cogiendo pequeñas cantidades de masa y les damos forma de bolitas. La masa es bastante mazacote, así que no os preocupéis si salen de forma irregular. Hay que ir apretando para que la masa se una y así conseguir darle forma redondeada, achatándola un poco si queremos.
Rebozamos bien las bolas en el azúcar glas.
Colocamos las bolitas rebozadas en una placa de horno engrasada o forrada con papel vegetal o sulfurizado.
Dejamos un poco de espacio entre ellas. Hinchan un poco, auque suelen guardar la misma forma que se le da de bola.
Horneamos durante 15 minutos aproximadamente.
Quedan crujientes por fuera y blanditas por dentro, aunque perfectamente cocidas.
Dejamos enfriar un poco sobre la bandeja, sin moverlas.
Cuando ya están mas duras, dejamos que terminen de enfriar sobre una rejilla.
Fuente: María’s Recipe Book