Con motivo de alcanzar las 15.000 visitas en el recetario… quería colgar una receta especial, espectacular, sabrosa, artística, deliciosa…
Pero como estoy harta de escuchar la frase «no sé ni freir un huevo» (y no he tenido tiempo de hacer otra cosa… jeje) he decidido hacer un paso a paso, fundamental en cualquier cocina.
Esta receta pues va dedicada a todos aquellos que no cocinan, a los que cocinan, a los que comen en casa, a los que comen fuera, a los celíacos (abstenerse de mojar pan), a los alérgicos a la lactosa, a los gordos, a los flacos, a los que están en su peso ideal… porque… a quien no le gusta el huevo frito?
Ingredientes:
– 1 huevo
– aceite de oliva, por supuesto
– sal
– un poco de amor
Utensilios:
– 1 sartén
– una espumadera
– 1 plato (opcional)
– 1 plato para servir
– 1 poco de maña (tranquilos, poco a poco se va cogiendo)
1º PASO: Debemos asegurarnos que tenemos todos los utensilios en casa, si no es así (manda güevos no tener esto en casa…) hay que comprarlos o pedírselos a una vecina. (La espumadera es una especie de espátula con agujeritos, jeje)
2º PASO: Elegir el huevo a freir: hay varios tipos (oca, avestruz, codorniz…) pero el que vamos a utilizar será de gallina, para que no os compliqueis mucho. Es el más fácil de conserguir de todos!
Si teneis la suerte de tener huevos caseros, genial, la yema es más amarillita y el sabor mucho más bueno. Los diferenciareis porque los de granja vienen con la fecha de caducidad escrita y los de casa vendrán un poco guarretes.
3º PASO: Ponemos la sartén con abundante aceite al fuego (éste aceite se podrá guardar luego ya que el huevo no aporta ningún sabor) y ponemos el fuego a potencia media-alta (es decir: entre la mitad de potencia y el máximo)
4º PASO: Mientras el aceite se calienta, cascamos un huevo en un plato. Se puede hacer directamente sobre la sartén, pero para principiantes no se recomienda, incluso se puede hacer con una sola mano, pero sólo para los muy experimentados con los huevos! No os preocupéis, que con el tiempo le iréis cogiendo el truquillo!
5º PASO: Cuando el aceite esté caliente (si no tenéis una sartén de esas del puntito rojo de tefal, podéis echar un trocito de pan o de ajo para ver cuando empieza a freirse, si el aceite echa humo… se está quemando! así que retirar la sartén ya.) vertemos el huevo previamente cascado en el plato. Si está frío de la nevera saltará un poquito más, pero tranquilos, que no llega a convertirse en gremlim ni nada por el estilo…
6º PASO: Vigilar que el huevo se vaya friendo (la clara,
que es lo blanco, se hará antes que la yema, que es lo amarillito). Lo ideal es que el borde de la clara haga como una especie de puntillitas, si no es así es que el aceite estaba frío… (no os dije que echarais una miga de pan???)
Ahora con una cuchara vamos echando encima de la yema un poco de aceite caliente, hasta que consigamos que la yema por encima quede blanca. NO PASARSE, porque entonces se cuajaría de más y no podríamos mojar la patatilla, el pan…
7º PASO: Para presentar el huevo frito en condiciones hay que tener mucho cuidado en este paso para que no se nos esparrame la yema. Se trata de deslizar la espumadera con sumo tacto debajo del huevo, una vez que lo tengamos más o menos centrado levantamos la espumadera y con ella el huevo. Servimos en el plato directamente. Echamos unas arenitas de sal y listo!
Este huevo frito combina a la perfección con arroz blanco, patatas fritas… o en un plato combinado o sandwich.
Y termino esta entrada con una frase de la carta de «O Galiñeiro» (C/ Concepción Arenal, VIGO):
«Ya quisiera Lucio tener unos huevos como los míos… y yo cobrarlos a su precio!»
Fuente: María’s Recipe Book