– Cualquier tipo de pasta (rellena, fresca o seca)
– 2 dientes de ajo / ración (aglio)
– 2 cucharadas de aceite de oliva virgen / ración (olio)
– 1 guindilla pequeña / ración (peperoncino) o 2 de cayena
Cocemos en abundante agua salada la pasta los minutos que recomiende el fabricante (Yo utilicé ravioli, pero es ideal para pasta larga).
Mientras en una sartén ponemos el aceite, el ajo finamente fileteado y la guindilla (si es fresca, en rodajitas; si utilizamos cayena, entera). Sofreímos a fuego bajo, con mucho cuidado de que no se queme el ajo.
Escurrimos la pasta y volcamos en la sartén, donde la salteamos un poco para que se impregne bien. Servimos inmediatamente.
Fuente: María’s Recipe Book