¿Os acordáis de aquella entrada en la que os mostraba la deshidratadora y como ejemplo secábamos unos tomates? (pincha aquí para verlo). En aquella ocasión los tomates acababan en un bote, con aceite hasta el cuello. Pero al final de la demostración os decía que también se podían moler para convertir en polvo de tomate. Pues aquí está el resultado…
Además, para darle aroma a tostado he usado la pipa de ahumar que fabriqué en su día (aquí la tenéis), y serrín de roble, de venta en tiendas especializadas.
Poned el serrín en la cazoleta y prended mientras accionáis la pipa. Abrid un poco el tarro del polvo de tomate y «a soplar». Cerrad inmediatamente.
Dejad que el humo haga de las suyas durante un par de horitas. Queremos que se distingan los dos aromas: el del tomate y el del serrín de madera. Y no que nuestro invento huela a bosque quemado.
Fuente: No tengo Thermomix