Desde la Edad Media, la zanahoria se ha utilizado en pasteles dulces. En aquel entonces, los endulzantes eran escasos y costosos. La zanahoria, rica en azúcar (superada solo por la remolacha azucarera), era una opción mucho más accesible y, por lo tanto, se empleaba en la preparación de postres dulces.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el pastel de zanahoria resurgió en popularidad, especialmente en el Reino Unido debido a las restricciones alimentarias impuestas.
A principios de los años 1960, los pasteles de zanahoria se convirtieron en un elemento comúnmente encontrado en restaurantes y cafeterías estadounidenses. Al principio, eran una novedad, pero conquistaron los paladares de tal manera que se volvieron un postre comúnmente apreciado.
Ingredientes para el Bizcocho
- 1 clavo de olor
- 80 g de piñones (o almendras, avellanas, etc.)
- 220 g de zanahoria
- 2 huevos a temperatura ambiente
- 1 yogur natural
- 1 cucharadita de vainillina (o azúcar vainillado o esencia)
- 200 g de azúcar
- 120 g de aceite de girasol
- 220 g de harina
- ½ cucharadita rasa de levadura química (Royal)
- ½ cucharadita rasa de bicarbonato
- ½ cucharadita rasa de sal
- ½ cucharadita rasa de canela
- 1 pizca de nuez moscada rallada
- ½ cucharadita de jengibre rallado
- Nueces peladas para poner entre las capas de bizcocho (opcional)
Observaciones: Esta receta ha sido adaptada por mí, inspirada en la creatividad de Martha Stewart. Puedes personalizarla a tu gusto, prescindiendo de especias o utilizando diferentes frutos secos.
Además, si prefieres un toque más simple, puedes disfrutarlo como un bizcocho tradicional, sin necesidad de glaseado. ¡El resultado será igualmente delicioso!
Ingredientes para el Glaseado
- 400 g de queso crema
- 320 g. de azúcar glas
- La piel de ½ naranja
- 1 pizca de sal
- 80 g de mantequilla a temperatura ambiente
Preparación del Bizcocho
- Precalentamos el horno a 160º. Engrasamos y enharinamos un molde.
- Pulverizamos los frutos secos en la thermomix junto el clavo de olor hasta hacerlos harina. Retiramos y reservamos en un bol grande.
- Rallamos las zanahorias en la thermomix en velocidad 5 hasta que esté bien deshechas, parando y bajando los restos que haya por las paredes del vaso.
- Añadimos los huevos, el yogur, la vainilla, el azúcar y el aceite.
- Batimos en velocidad 3 y ½ hasta que esté todo bien mezclado.
- En el bol donde hemos reservado las almendras o piñones (molidos con el clavo) mezclamos bien la harina, la sal, la levadura, el bicarbonato, la canela y la nuez moscada.
- Añadimos esta mezcla de harina, especias, impulsores y los frutos secos al vaso y mezclamos unos segundos en velocidad 6 hasta que estén todos los ingredientes bien integrados.
- Volcamos en un molde de silicona de 24 cm.
- Horneamos durante 60 minutos aproximadamente. Y para comprobar que esté bien cocido, pinchamos con una aguja el centro, debe salir limpia.
- Desmoldamos cuando esté tibio y dejamos enfriar sobre 1 rejilla.
Notas: Si no tenemos el azúcar glas, con el vaso muy seco pulverizamos el azúcar normal.
Preparación del Glaseado
- Programamos velocidad máxima y vamos incorporando por el bocal la piel de naranja. Si lo hiciésemos desde el principio, el azúcar se humedecería demasiado y no lo pulverizaríamos bien.
- Sacamos y reservamos. (Este paso podemos hacerlo antes de preparar el bizcocho, para garantizar que el vaso esté muy seco).
- Ponemos la mariposa en las cuchillas y batimos la mantequilla en velocidad 3 y ½ hasta que esté suave (unos 2 minutos).
- Añadimos el queso crema y batimos otros 2 minutos a la misma velocidad.
- Añadimos el resto de los ingredientes y batimos en velocidad 3 y ½ durante 5 minutos más.
- Reservamos, conviene guardarla destapada si se va a usar en el momento para que endurezca un poco.
- Cortamos el bizcocho en dos, por el medio, y rellenamos con parte del glaseado de queso y unas nueces trituradas, por ejemplo. Le quedan muy bien.
- Cubrimos el resto de la tarta con el glaseado que queda y adornamos al gusto, en este caso con azúcar de color naranja y con un poco del glaseado más unas gotas de colorante verde.
Guardamos en la nevera unas horas cómo mínimo, aunque mejora tras un día de reposo.
Fuente: María’s Recipe Book