– 500 gr. de champiñones frescos
– 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
– 4 ó 5 dientes de ajo
– perejil
– medio vaso de vino blanco
– sal
Limpiamos los champis, reservamos. Picamos muy menudito los dientes de ajo. Lavamos el perejil y lo picamos finamente.
Ponemos el aceite en una sartén o cacerola, no hace falta mucho, lo justo para dorar un poco el ajo, con cuidado de no pasarse, ya que al estar tan picadito puede quemarse con facilidad.
A continuación añadimos los champiñones (enteros, laminados o partidos a nuestro gusto), salteamos un poco y añadimos los ingredientes restantes: el perejil (muy importante, ya que hará que el champiñón no se oxide y mantenga un color claro), el vino y la sal.
Esperaremos a que se evapore un poco el vino y podemos taparlos para que suelten bien su propia agua, que tienen mucha. En 10 minutos tendremos lista la guarnición para cualquier comida baja en calorías (dependiendo del tamaño y el corte que le hayamos dado).
Fuente: María’s Recipe Book