El tiempo que tarda la pasta de croquetas en cocinarse no es siempre el mismo. Depende de muchos factores: la temperatura inicial de la leche, la calidad de la harina… por eso hay que estar pendiente los últimos minutos. El ruido se hará más sordo, y si miramos por el bocal, vemos que la masa se va moviendo en la superficie cada vez más despacio, hasta llegar a pararse. En ese momento la pasta estará terminada.
Las croquetas se deben freír en aceite de oliva, más sano y que cunde más en la sartén.
La temperatura es sumamente importante, debe estar caliente sin humear.
Si al freírlas, se abren (a pesar de haber hecho bien la la masa), se puede deber a varios motivos: que el aceite no esté suficientemente caliente, que se echen a la sartén muchas crudas de una sola vez, que el aceite no cubra lo suficiente las croquetas para que queden completamente cubiertas, que el pan rallado sea demasiado fino…
La pasta de croquetas se puede guardar tan cual sale de la Thermomix en la nevera, bien tapada. Se mantiene perfectamente durante 2 ó 3 días, luego les daremos forma y freiremos.
Se puede congelar tan cual, pero es mejor congelarlas ya formadas. La pasta se maneja mejor después de las 24 horas de reposo.
Para congelarlas lo haremos ya formadas, bien rebozadas y «al aire», sobre una bandeja sin que se toquen unas con otras. Una vez bien congeladas y duras, las guardamos en una bolsa de congelación.
Par freírlas las dejamos descongelar a temperatura ambiente.
También podemos freírlas y congelarlas una vez fritas. Las congelamos cuando estén frías en un recipiente hermético. Para comerlas, las descongelamos a temperatura ambiente unos minutos y las calentamos en el microondas a baja potencia, sin pasarse de tiempo, ya que se romperían y se resecarían.
Fuente: Escuela de cocina Cristina Galiano
Pan rallado provenzal:
– pan (duro o fresco) en trozos
– 1 diente de ajo
– unas hojas de perejil
– 2 huevos duros (ver cómo hacerlos en el microondas)
– 150 gr. de jamón curado (puntas)
– 80 gr. de cebolla
– 70 gr. de aceite de oliva
– 190 gr. de harina
– 800 gr. de leche entera
– sal (dependiendo del punto de salazón del jamón)
– nuez moscada
– pimienta negra molida
– harina y huevo batido (para rebozar)
– aceite (para freír)
Rallamos el pan junto con el ajo y un poquito de perejil en velocidad de 5 a 10 progresivamente unos segundos, y reservamos.
Picamos el jamón con unos golpes de turbo. Reservamos en un bol.
Picamos los huevos cocidos en velocidad 4 durante unos segundos y reservamos con el jamón picado.
Rebañamos bien con la espátula de goma blanda, para no tener que lavar el vaso.
Ponemos en el vaso el aceite y calentamos 5 minutos, varoma, velocidad 1.
Añadimos la cebolla y la picamos 4 segundos en velocidad 5. Sofreímos durante 4 minutos, temperatura varoma, velocidad 1.
Agregamos la harina y programamos 5 minutos, 100º, velocidad 4.
Por último añadimos la leche, la sal, un pelín de nuez moscada, y la pimienta. Programamos 4 ó 5 minutos, temperatura 100º, velocidad 4. (Hasta que la masa no se mueva en la superficie, y no se vean las cuchillas)
Cuando la masa ya esté, añadimos el jamón y los huevos picados. Podemos hacerlo sin parar la máquina, cuando ya veamos que la masa está bien cocida.
Miramos por el bocal y cuando la veamos homogénea, retiramos del vaso.
Introducimos la masa en una manga pastelera o la volcamos en una fuente plana. Dejamos enfriar en la nevera hasta el día siguiente, o por lo menos unas horas.
Ponemos harina sobre una bandeja y formamos las croquetas, las pasamos por el huevo batido y por último por pan rallado.
Y listas para freir o congelar.
Fuente: María’s Recipe Book