– 3/4 l. de leche (mejor entera)
– 100 gr. de azúcar
– 50 gr. de harina de trigo
– 30 gr. de harina de maíz (maicena)
– 1 huevo
– corteza de 1 limón (o 1 gotita de esencia de limón)
– 1 rama de canela (o 1 pizquita de canela molida)
– harina y huevo (para rebozar)
– aceite de oliva virgen extra (para freir)
– canela en polvo y azúcar (para espolvorear)
Mezclamos en un bol el azúcar y los dos tipos de harina (podemos utilizar sólo 1 tipo, o mezclarlas, 80 gr. en total). Vertemos un poco de la leche (fría) y batimos bien hasta que quede una masa homogénea, sin grumos. Incorporamos 1 huevo batido y removemos bien con unas varillas.
Ponemos el resto de la leche a calentar en un cazo con las cáscara de limón y la rama de canela, y cuando esté caliente las retiramos.
Ahora añadimos el preparado con la harina, los huevos y el azúcar. Dejamos que la preparación espese, sin parar de remover. Serán unos 5 minutos a fuego medio. Cuidado que no se pegue en el fondo del cazo!
Pasado este tiempo pasamos la masa a una fuente amplia, preferiblemente baja y rectangular. Si fuese necesario la extederíamos para que el grosor quede uniforme.
Debemos dejar enfriar la masa un mínimo de 2 horas, aunque de un día para otro es lo ideal.
Antes de cortar es muy importante que la masa esté fría y bien espesita, para que no se rompa.
Cortamos en cuadrados o rectángulos, los pasamos por harina y huevo y los freímos en una sartén con abundante aceite. Dejamos secar sobre papel absorvente y espolvoreamos con canela molida y azúcar.
Podemos consumirla fría o recién frita.
Fuente: María’s Recipe Book