– 1 loncha de queso provolone
– 1 cucharadita de orégano seco
– aceite de oliva virgen, por supuesto
Calentamos el horno a 200º. Ponemos en un molde apto para el horno (lo ideal es un cacharrito de barro) el queso. Espolvoreamos con el orégano y rociamos con una buena cantidad de aceite.
Mantenemos en el horno durante 10 minutos aproximadamente (dependerá del tamaño de la loncha de provolone), lo justo para que el queso se funda y los bordes burbujeen. Hay que consumirlo bien caliente acompañado de grissinis, colines o picos. Si no, utilizaríamos cuchillo y tenedor.
Fuente: María’s Recipe Book