– 200 gr. de galletas tipo ‘Digestive’ o ‘María’
– un poco de piel de naranja (sin nada de blanco)
– una pizca canela molida
– una pizca de nuez moscada rallada
– 80 gr. de mantequilla
– 350 gr. de leche
– 1 ramita de canela
– 1 limón (sólo la piel de ½)
– 1 naranja
– 150 gr. de azúcar blanco
– 6 yemas de huevo
– 400 gr. de nata líquida (35% ó 18% de M.G.)
– 40 gr. de harina de maíz (Maizena®)
– 1 sobre de gelatina neutra Royal®
– azúcar (para caramelizar la superficie) o azúcar moreno (para espolvorear)
Base de galletas:
Introducimos las galletas, la piel de media naranja (sin nada de blanco, que amarga), la canela y la nuez moscada en el vaso de la Thermomix. Trituramos en velocidad 10 durante unos segundos, los necesarios hasta que veamos las galletas reducidas a polvo.
Añadimos la mantequilla en trozos y mezclamos durante unos segundos en velocidad 5, hasta que veamos que está todo bien integrado.
Volcamos esta «masa» en un molde con aro desmontable y cubrimos la base con la ayuda de una cuchara o el cubilete. Debe quedar lisa, y algo prieta.
Mantenemos en el frigorífico mientras hacemos la crema.
*Para que la base quede más crujiente, podemos hornearla un poco (10 minutos, 200ºC), pero no es necesario encender el horno sólo para esto.
Relleno de crema:
Ponemos la naranja pelada (sin pepitas ni nada de blanco) y en cuartos en el vaso de la Thermomix.
Trituramos durante 30 segundos en velocidad progresiva de 5 a 10.
Colamos este zumo y reservamos en un vaso.
Pasamos un agua al vaso y ponemos en el la leche, la canela en rama, y las pieles de los cítricos (sin nada de blanco).
Programamos 3 minutos, 100ºC, velocidad 1.
Cuando termine el tiempo, retiramos el palo de canela y las pieles de limón y naranja.
Dejamos la leche aromatizada en el vaso y añadimos el zumo de naranja reservado.
Colocamos la mariposa en las cuchillas y añadimos la nata, las yemas, la gelatina, el azúcar, la maicena y la pizca de sal.
Mezclamos unos segundos en velocidad 4 para integrar bien todos los ingredientes y programamos 8 minutos, 100ºC, velocidad 2.
Cuando termine el tiempo programado vertemos la crema sobre la base de galletas, alisando con una lengua (de silicona, ¡no a lametazos! jeje) si fuese necesario.
Dejamos templar y cuando esté totalmente fría, la metemos en la nevera. Debe terminar de cuajar al menos 4 horas.
Cuando queramos servir la tarta, antes de quitar el aro, espolvoreamos abundantemente con azúcar blanco y lo quemamos con un soplete. (O alguna de las otras opciones que pongo en la introducción).
Podemos quemar el azúcar hasta 6 horas antes, como máximo, y mantener en la nevera hasta la hora de servir. Luego se volverá líquido.
Recordad que el caramelo quemado de la crema catalana es una firma insustituible.
Fuente: María’s Recipe Book