Este adobo (muy similar al de la zorza, picadillo o chorizos) queda delicioso con costillas o lomo de cerdo (raxo, en Galicia). Tras la maceración podemos proceder a cocinar la carne como deseemos. Si os gusta con menos color, quitamos un poco el adobo con papel de cocina.
Fuente: Webos Fritos
– 4 ó 5 dientes de ajo
– 1 cucharadita de pimienta en grano
– 1 cucharada de orégano
– 2 clavos de olor
– 1 trocito pequeño de canela en rama
– 3 ó 4 cucharaditas de pimentón dulce
– 1 cucharadita de pimentón picante
– ½ limón (o vinagre)
– un poco de agua
– 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
– sal
Limpiamos los dientes de ajo y ponemos en un mortero, junto con las bolas de pimienta, el orégano, el clavo, la sal y la canela. Machacamos bien hasta que se deshagan y se integren bien todos estos ingredientes.
Añadimos el pimentón, el vinagre (o zumo de limón) y el aceite. Mezclamos bien y añadimos un poco de agua (dependiendo de cómo queramos de concentrado el adobo). Revolvemos bien.
Ahora tenemos que «pringar» bien la carne a adobar. Lo ideal es tenerlo en un recipiente de pyrex® con tapa o tupper para meterlo en el frigorífico y quede tapado, para que no inunde ese olor la nevera. Si es posible, movemos los trozos para que se pringuen por igual.
Dejamos en reposo de un día para otro o toda una noche. Cuando pase este tiempo sacamos la carne para cocinarla a nuestro grusto (frita, asada, a la plancha, en guiso, con arroz…)
Fuente: María’s Recipe Book