Los garbanzos son una legumbre que se debe poner a remojo al menos 12 horas en ambiente fresco o 24 horas en la nevera. Si ponemos agua templada se reduce un poco el tiempo.
Deben estar cubiertos por completo todo el tiempo teniendo en cuenta que dobla el volumen durante el remojo.
Pasadas las 12 horas de remojo, ponemos una olla a presión con agua, el laurel y la cebolla a fuego fuerte.
Escurrimos y lavamos los garbanzos, y cuando el agua esté caliente, los añadimos a la olla. Cerramos.
Cuando empiece a silbar, bajamos el fuego manteniendo la salida de vapor. El tiempo es variable según la variedad de garbanzo, en el paquete suele dar tiempos orientativos. Un tiempo medio puede ser 30 minutos.
Si utilizásemos olla tradicional, sin presión, será algo menos de dos horas. Conviene ir mirando su punto, pues es muy variable, según la cantidad y la variedad de los garbanzos.
Apagamos el fuego y una vez fría la olla, la abrimos y comprobamos si los garbanzos están cocidos. Ya están preparados para cualquier receta.
*Echaremos la mitad de la sal al principio si utilizamos olla expres y toda la necesaria como a mitad de cocción si los cocinamos en olla tradicional. Hay que tener en cuenta con qué vamos a complementar los garbanzos, pues si es jamón o algo que ya lleva sal reduciremos la cantidad.
Fuente: María’s Recipe Book