Fuente: Simone Ortega
– 500 gr. de fabes (alubias blancas)
– 400 gr. de almejas
– 1 diente de ajo
– 1 pellizco de azafrán
– 1 cebolla pequeña
– 1 hoja de laurel
– 1 ramita de perejil
– 1 chorro de aceite de oliva
– 3 cucharadas de pan rallado
– sal y agua
Ponemos en remojo las fabes la noche anterior, en agua fría.
Al día siguiente las ponemos en una cacerola cubiertas de agua fría y dejamos que hierva. En cuanto lo haga, retiramos del fuego, escurrimos y reservamos.
En la misma olla, ya vacía, ponemos el aceite, el diente de ajo pelado, la hoja de laurel, la cebolla pelada pero entera y las ramitas de perejil enteras (luego será más fácil retirarlas).
Se cubre de agua fría y vertemos las fabes a las que les hemos dado un primer hervor y hemos escurrido de aquel agua.
Añadimos el agua fría suficiente para que cubra todo.
Tapamos la cacerola y dejamos cocer a fuego suave durante una hora y media.
Si hiciese falta se va añadiendo agua, siempre fría.
En un mortero machacamos el azafrán y el pan rallado con una pizca de sal. Añadimos un poco de agua o caldo de las fabes e incorporamos a la cacerola, revolviendo bien.
Tapamos y dejamos cocer a fuego bajo una media horita más. (Tiempo que dependerá de la calidad de las fabes).
Mientras preparamos las almejas. Tras haberlas lavado muy bien con agua fría, sal y un poco de vinagre, las ponemos en un cazo o sartén con un poquito de agua, que cubra sólo el fondo.
Ponemos al fuego, para que se abran.
Cuando estén abiertas, dejamos templar un poco, y las vamos sacando del líquido que haya quedado. Podemos retirar algunas conchas, o todas, como queramos.
El líquido que hayan soltado se pasa por un colador muy fino y se añade a la cacerola con las alubias.
Un poco antes de servir se retiran las ramitas de perejil y la hoja de laurel. La cebolla y el ajo se habrán deshecho y sólo quedará añadir las almejas para que cojan temperatura.
Fuente: María’s Recipe Book